Newcastle aseguró una victoria crucial al vencer 2-0 al Chelsea en casa, en un enfrentamiento fundamental correspondiente a la jornada 36 de la Premier. Con este triunfo, las Urracas alimentan sus esperanzas de participar en la próxima Champions League.
El equipo dirigido por Nick Pope vuelve a aparecer entre los mejores, acechando la segunda posición que ocupa el Arsenal y, lo más importante, superando por un punto al Manchester City, que se encuentra en el cuarto lugar y tiene una ventaja de tres puntos en la zona de Champions. Esta es su forma de expresar sus intenciones de cara a las dos últimas fechas del torneo, donde los cinco primeros se clasifican.
El Newcastle comenzó con mucha energía. En un abrir y cerrar de ojos, lograron el 1-0 gracias a un gol de Sandro Tonalli. Este tanto brindó un aliento a un equipo que había tenido dudas recientemente, habiendo ganado solo uno de sus últimos tres encuentros, pero que logró adelantarse rápidamente en un duelo tan importante.
Durante un emocionante partido, Chelsea no había logrado realizar un solo disparo a puerta cuando Nico Jackson cometió un error. En un encontronazo con Sven Botman, levantó el codo de manera imprudente, golpeando al defensa en la cara. Su mirada hacia Botman antes del contacto denunciaba una intención que el árbitro John Brooks inicialmente no captó, sancionando la falta con una tarjeta amarilla.
Sin embargo, después de la advertencia del VAR y la revisión, Brooks tomó la decisión de expulsar a Jackson con una roja directa. Sin vacilación, mostró la tarjeta al delantero, quien, cubriéndose la cara con su camiseta, caminó lentamente hacia la línea de banda mientras protestaba brevemente al cuarto árbitro, ante la expresión seria, pero comprensiva, de Enzo Maresca.
Con un marcador de 1-0 en contra y solo diez jugadores en el campo por casi una hora, incluyendo el tiempo adicional (la expulsión ocurrió en el minuto 35), el Chelsea enfrentaba una prueba de carácter. También era un test de convicción, especialmente frente a un oponente tan sólido en partidos decisivos.
El Newcastle se mostró más firme en el juego. La superioridad numérica les instaba, más que a defenderse, a evitar riesgos innecesarios. Chelsea intensificó aún más la situación al introducir a Malo Gusto y Jadon Sancho; durante un córner, hubo disputas entre Enzo y Bruno Guimaraes, y también entre Cucurella e Isak. Con una gran parada por parte de Pope y el gol de Bruno Guimaraes, se selló una victoria que casi sabe a Champions.