Los nervios estaban en su punto máximo. El Real Betis, bajo la dirección del técnico chileno Manuel Pellegrini, se enfrentaba a su primera semifinal en competiciones europeas, y lo hacía contra un oponente destacado, la Fiorentina, que aspira a alcanzar su tercera final consecutiva en este torneo.
Ante una multitud de poco más de 56 mil aficionados en el Estadio Benito Villamarín, el equipo andaluz intentó conseguir una ventaja de cara al partido de vuelta programado para la próxima semana en Florencia, logrando su objetivo, aunque con ciertos momentos de tensión, al obtener una victoria de 2-1.
Durante la primera mitad, la posesión y el control del juego estuvieron dominados por los dirigidos por el “Ingeniero”, quien buscaba establecer una rápida ventaja desde el inicio, lo cual consiguió cuando, en el minuto 6, Ez Abde anotó para abrir el marcador, a pesar de que se retrasó en su ejecución debido a un chequeo del VAR.
Posteriormente, la Fiorentina intentó igualar el marcador, incluso estuvo cerca con un cabezazo de Rolando Mandragora que se desvió. No obstante, esta fue la única ocasión en la que lograron inquietar al Betis, que gestionó bien los tiempos del encuentro.
En la segunda parte, los italianos atacaron con intensidad en busca del empate, aunque sin eficacia. En contraposición, en la única oportunidad que tuvo el equipo de Pellegrini en esa fase, ampliaron su ventaja con un espectacular gol del delantero brasileño Antony (64′).
Sin embargo, en un momento en que el Betis parecía tener el partido bajo control, un pelotazo que superó la defensa local fue capitalizado por el neerlandés Robin Gosens, quien asistió a su capitán Luca Ranieri (73′), permitiendo que este acortara distancias en Sevilla.