Impacto significativo para el Barça Atlètic. El equipo filial del club azulgrana, que había disfrutado de un buen desempeño al conseguir 9 puntos de los últimos 12 disputados, sufrió una derrota inesperada frente al colista Amorebieta en el Estadi Johan Cruyff (0-2), en un encuentro que perjudica notablemente sus posibilidades de permanecer en la Primera RFEF. En efecto, este sábado podría ubicarse a siete puntos de la salvación.
A pesar de controlar el encuentro y generar múltiples oportunidades claras, el conjunto dirigido por Sergi Milà no logró traducir su dominio en el marcador. Para agravar la situación, se le anuló un gol completamente legítimo de Jan Virgili con el marcador empatado a cero, que pudo haber alterado el desarrollo del partido.
El Amorebieta, que no había conseguido triunfar a domicilio a lo largo de toda la temporada, aprovechó dos acciones aisladas para llevarse los tres puntos. En primer lugar, justo antes del descanso, Amelibia puso en ventaja a los visitantes con una jugada de tiro libre. Un centro al segundo palo permitió que el defensa central cabeceara por encima de Astralaga. Ya en la segunda mitad, y en el momento en que el equipo catalán estaba creando más oportunidades, fue Iñigo Muñoz quien asestó el golpe decisivo. En una de las escasas incursiones en el área rival, el extremo vasco enfrentó a su defensor por la izquierda, se adentró hacia el centro, buscando un ángulo y realizó un potente disparo, con un efecto preciso, que tocó el poste antes de entrar. Un gol impresionante.
Después del segundo gol, el Barça Atlètic no logró encontrar la respuesta necesaria y terminó sumido en la desmotivación. Únicamente Toni Fernández mostró su habilidad. Creó tres claras ocasiones en la segunda mitad: la primera, con el marcador 0-1, entrando al área por la izquierda, fue detenida por Marino con una gran intervención. La segunda se fue rozando el travesaño y en la última jugada, el palo evitó que el equipo azulgrana anotara.
Una derrota extremadamente dura que coloca al filial azulgrana en una situación muy delicada en su batalla por evitar el descenso, en una fase final de la temporada que se prevé tensa. Ahora debe ganar los cuatro partidos restantes y esperar un milagro.