Todo el foco se centra en el Palco del Bernabéu

Todo el foco se centra en el Palco del Bernabéu Rangers visita al contanto de Athletic

Es bien sabido que los seguidores del Real Madrid son altamente exigentes; mientras los futbolistas celebran en el terreno de juego la conquista de la liga o la Champions, ya se anticipa la próxima meta significativa de la temporada que viene.

Los aficionados enfrentan más incertidumbres que certidumbres y comienzan a sentir frustración, algo sin precedentes en una institución de tal envergadura.

La primera interrogante es por qué se permite que Ancelotti continúe en su puesto cuando otros entrenadores han sido destituidos por cambios menores. Es inaceptable que tu rival histórico te endose 9 goles en 2 encuentros, uno de los cuales se disputó en tu propio estadio, frente a tus propios aficionados, y el otro mientras se estaba disputando la Supercopa de España. Resulta incomprensible que el equipo haya tenido que lidiar con dificultades en los enfrentamientos ante la Real Sociedad y el Atlético de Madrid, equipos que son considerados de inferior categoría en comparación con el Real Madrid. La falta de un cambio de entrenador es desconcertante, especialmente al observar que el equipo navega sin rumbo, con algunas victorias sustentadas únicamente en actuaciones individuales excepcionales.

Otra cuestión que los aficionados plantean es la falta de fichajes a pesar de las importantes bajas, como las salidas de Nacho y Kroos, junto con las serias lesiones de Militao y Carvajal. Florentino Pérez se limita a adquirir jugadores que están próximos a finalizar su contrato, y es complicado vislumbrar cómo se decide a invertir dinero. Todos se preguntan dónde ha quedado ese Florentino que, en un solo verano, logró incorporar a Cristiano, Benzema, Xabi Alonso y Kaká.

Las renovaciones de jugadores que ya no están en condiciones de desempeñarse en un club de alto nivel, como es el caso de Modric, Lucas Vázquez o Alaba, generan gran descontento. Se exige mayor confianza en las jóvenes promesas de la cantera si no se van a realizar inversiones significativas, lo cual, al parecer, no es algo que preocupe demasiado a Ancelotti.

La imagen no está disponible.
Dejando de lado el aspecto deportivo. El estadio se presenta de manera completamente diferente a lo que se nos mostró inicialmente a todos los seguidores del Madrid. No se observan las proyecciones que supuestamente deberían adornar la fachada del recinto. La insonorización ha llevado al Ayuntamiento de Madrid a prohibir la realización de conciertos como los que se llevaron a cabo en 2024. A esto se suma la presencia de una multitud de aficionados extranjeros que no pueden reprochar al jugador, al entrenador o a la Junta Directiva en caso de un rendimiento deficiente; no son los hinchas de antaño que solían exigir y alentar como era habitual. Gran parte de la responsabilidad de esta situación radica en el elevado costo de las entradas, ya que las personas comunes no pueden permitirse gastar tanto en un partido de forma tan sencilla y deben pensarlo detenidamente antes de desembolsar tal cantidad de dinero.

Una de las cuestiones que más desagrada es la actitud complaciente hacia un club como el FC Barcelona. Se tardó en hacer una declaración, al igual que otros equipos, con respecto al asunto Negreira. No se ha discutido nada acerca de las inscripciones fraudulentas relacionadas con las contrataciones de Dani Olmo o Lewandowski, entre otros, mediante pagos ficticios como la venta de Palcos VIP y la comercialización de Barsa Studios. Todo esto provoca que a los seguidores del Madrid les hierva la sangre.

Por último, y no menos relevante, se encuentra la famosa Grada Fans, donde algunos aficionados, con una actitud apática en lugar de apasionada, intentan animar a un estadio que a menudo se asemeja más a un velorio, repleto de quienes simplemente se dedican a comer pipas. Es cierto que los Ultras Sur podían ser ruidosos fuera del estadio, pero tenían la capacidad de animar a todo el Santiago Bernabéu y sabían cómo exigir a los jugadores y a la Junta Directiva mediante abucheos y pañuelos. Tal vez esa sea la solución: volver a tener un aficionado exigente en lugar de un turista que paga una suma exorbitante para presenciar al club más grande del mundo y que no comprende por qué debería abuchear a este equipo en la única ocasión que tiene para verlos jugar.

Parece que ha llegado el momento de un cambio en la Directiva; quizás de esta manera todo pueda regresar a un estado adecuado.
Es bien sabido que los seguidores del Real Madrid son altamente exigentes; mientras los futbolistas celebran en el terreno de juego la conquista de la liga o la Champions, ya se anticipa la próxima meta significativa de la temporada que viene.

Los aficionados enfrentan más incertidumbres que certidumbres y comienzan a sentir frustración, algo sin precedentes en una institución de tal envergadura.

La primera interrogante es por qué se permite que Ancelotti continúe en su puesto cuando otros entrenadores han sido destituidos por cambios menores. Es inaceptable que tu rival histórico te endose 9 goles en 2 encuentros, uno de los cuales se disputó en tu propio estadio, frente a tus propios aficionados, y el otro mientras se estaba disputando la Supercopa de España. Resulta incomprensible que el equipo haya tenido que lidiar con dificultades en los enfrentamientos ante la Real Sociedad y el Atlético de Madrid, equipos que son considerados de inferior categoría en comparación con el Real Madrid. La falta de un cambio de entrenador es desconcertante, especialmente al observar que el equipo navega sin rumbo, con algunas victorias sustentadas únicamente en actuaciones individuales excepcionales.

Otra cuestión que los aficionados plantean es la falta de fichajes a pesar de las importantes bajas, como las salidas de Nacho y Kroos, junto con las serias lesiones de Militao y Carvajal. Florentino Pérez se limita a adquirir jugadores que están próximos a finalizar su contrato, y es complicado vislumbrar cómo se decide a invertir dinero. Todos se preguntan dónde ha quedado ese Florentino que, en un solo verano, logró incorporar a Cristiano, Benzema, Xabi Alonso y Kaká.

Las renovaciones de jugadores que ya no están en condiciones de desempeñarse en un club de alto nivel, como es el caso de Modric, Lucas Vázquez o Alaba, generan gran descontento. Se exige mayor confianza en las jóvenes promesas de la cantera si no se van a realizar inversiones significativas, lo cual, al parecer, no es algo que preocupe demasiado a Ancelotti.

La imagen no está disponible.
Dejando de lado el aspecto deportivo. El estadio se presenta de manera completamente diferente a lo que se nos mostró inicialmente a todos los seguidores del Madrid. No se observan las proyecciones que supuestamente deberían adornar la fachada del recinto. La insonorización ha llevado al Ayuntamiento de Madrid a prohibir la realización de conciertos como los que se llevaron a cabo en 2024. A esto se suma la presencia de una multitud de aficionados extranjeros que no pueden reprochar al jugador, al entrenador o a la Junta Directiva en caso de un rendimiento deficiente; no son los hinchas de antaño que solían exigir y alentar como era habitual. Gran parte de la responsabilidad de esta situación radica en el elevado costo de las entradas, ya que las personas comunes no pueden permitirse gastar tanto en un partido de forma tan sencilla y deben pensarlo detenidamente antes de desembolsar tal cantidad de dinero.

Una de las cuestiones que más desagrada es la actitud complaciente hacia un club como el FC Barcelona. Se tardó en hacer una declaración, al igual que otros equipos, con respecto al asunto Negreira. No se ha discutido nada acerca de las inscripciones fraudulentas relacionadas con las contrataciones de Dani Olmo o Lewandowski, entre otros, mediante pagos ficticios como la venta de Palcos VIP y la comercialización de Barsa Studios. Todo esto provoca que a los seguidores del Madrid les hierva la sangre.

Por último, y no menos relevante, se encuentra la famosa Grada Fans, donde algunos aficionados, con una actitud apática en lugar de apasionada, intentan animar a un estadio que a menudo se asemeja más a un velorio, repleto de quienes simplemente se dedican a comer pipas. Es cierto que los Ultras Sur podían ser ruidosos fuera del estadio, pero tenían la capacidad de animar a todo el Santiago Bernabéu y sabían cómo exigir a los jugadores y a la Junta Directiva mediante abucheos y pañuelos. Tal vez esa sea la solución: volver a tener un aficionado exigente en lugar de un turista que paga una suma exorbitante para presenciar al club más grande del mundo y que no comprende por qué debería abuchear a este equipo en la única ocasión que tiene para verlos jugar.

Parece que ha llegado el momento de un cambio en la Directiva; quizás de esta manera todo pueda regresar a un estado adecuado.