En un emocionante duelo en el Molineux Stadium, Liverpool logró una victoria electrizante de 2-1 sobre Wolverhampton durante la sexta jornada de la Premier League. El equipo en el que brilla el campeón del mundo Alexis Mac Allister, que se encuentra a solo un punto del líder Manchester City, no tuvo su mejor actuación y no logró imponer su juego ante el conjunto que ocupa la última posición en la liga. La falta de control del balón fue notable en un encuentro que debería haber sido más favorable para ellos. No obstante, su ambición los llevó a correr tras el encuentro, decididos a aferrar la posición de líderes.
El primer gol del encuentro llegó de la mano de Ibrahim Konaté, quien se lanzó sin titubear al área tras un preciso centro. Con un magistral cabezazo, envió el balón al fondo de la red, llevando al Liverpool a descansar con una valiosa ventaja.
En la segunda mitad, el encuentro se transformó en un auténtico vaivén de emociones, con un Wolverhampton revitalizado, ávido por escalar posiciones y dejar atrás su situación en la parte baja de la tabla. Así fue como se dio el tan esperado empate, uno que sin duda merecían. Después de un inesperado error de Konaté al pasar el balón a su portero, Jorgen Strand Larsen apareció como un rayo para despachar un centro hacia atrás. Rayan Ait Nouri, listo para la acción, no dudó en empujar la pelota y poner el empate en el marcador.
No obstante, la felicidad se desvaneció rápidamente. Apenas un minuto y medio más tarde, una falta cometida por Nélson Semedo contra Diogo Jota abrió la puerta para que el Liverpool tuviera la ocasión de aumentar su ventaja desde el punto penal. Y en ese momento, la responsabilidad recayó en Mohamed Salah, un maestro de la precisión que nunca decepciona. La envió al fondo de la red y con eso, sumó otros tres puntos para el Liverpool, que por el momento se afianza como el líder indiscutible de la Premier League.