Nástic venció 2-1 a Real Sociedad B

 


El Nou Estadi Costa Daurada se preparaba para una emocionante confrontación, donde el Nàstic se enfrentaba a la Real Sociedad B. Ambos conjuntos, con sus miradas puestas en la cima de la clasificación, estaban decididos a dejarlo todo en el campo y acercarse a sus ambiciones. Los locales no pudieron comenzar la temporada con el pie derecho, posicionándose en el octavo lugar al llegar a la sexta jornada.

El Nàstic se acercaba a la meta rival como un cazador que acecha a su presa. Apenas se había disipado el silbato inicial cuando Antoñín soltó un potente tiro desde la distancia, pero Aitor Fraga, con reflejos felinos, se lanzó para desviar el balón, provocando el primer suspiro de asombro entre los espectadores.

Sin embargo, un desliz en la defensa grana dio la vuelta al marcador y dejó el partido en desventaja. Un descuido monumental en la defensa entre Pol Domingo y Óscar Sanz dejó a Jon Balda completamente desmarcado. El lateral se lanzó al ataque con determinación, ejecutando un disparo magistral que se alzó por encima de todos, dejando a Varo sin posibilidad de reacción. Los vascos tomaban la delantera.

El Nàstic no se hizo esperar y pronto encontró la manera de poner las tablas en el marcador. Apenas se habían consumido nueve minutos cuando Antoñín, en un momento de pura inspiración, lanzó un potente disparo desde la frontera del área. El balón, como si tuviera vida propia, se estrelló contra el poste y, en un caprichoso giro del destino, se coló en el fondo de la red. El delantero con el dorsal '9' del Nàstic hizo vibrar al estadio al marcar su primer gol en la liga, igualando así el marcador y llenando de esperanza a su afición.

El equipo catalán inspiraba con fuerza, creciendo en confianza y lanzándose en pos de un segundo gol. En el minuto once, la magia se desató cuando Reescribí hizo una jugada espectacular. Con destreza y elegancia, se asoció con Marc Fernández, quien devolvió el esférico al exjugador del Lugo con una exquisita picada que dejó a todos boquiabiertos. El '22' lanzó un disparo potente, pero Fraga, con reflejos felinos, logró desviar el balón con una mano magistral.

La Real, profundamente afectada tras el inesperado empate. No lograban establecer ningún vínculo con Osazuwa, que se encontraba completamente distanciado en lo alto. El juego se centra por completo en la apasionante música de la banda liderada por Víctor Narro y Joan Oriol.

En el minuto 24, Antoñín tuvo una oportunidad dorada al encontrarse solo frente a Fraga. Sin embargo, su intento de vaselina resultó fallido, ya que el balón carecía de precisión y fue detenido sin esfuerzo por el guardameta. Se recuperaría del tropiezo en un abrir y cerrar de ojos. Un potente cabezazo del delantero, número 9, encontró su camino a la red, gracias a un exquisito centro de Narro que parecía dibujar la jugada en el aire. El Nàstic tomaba la delantera.

Hoy, Narro se convirtió en el centro de atención, atrayendo todas las miradas como un imán fascinante. Sin lugar a dudas, el jugador que brilló con más intensidad en la primera parte, junto a Antoñín, fue un verdadero espectáculo. Los dos deportistas, verdaderos maestros en su arte.

La Real Sociedad se lanzaba al ataque, decidida a sacudir la zona del portero Alberto Varo, quien, relajado, contemplaba el juego desde su área. Un par de saques de esquina y un disparo de larga distancia que se desvanecían en el aire sin dejar rastro.

Al llegar al descanso, un Nàstic que, a pesar de un tropiezo inicial al encajar un gol, ha dominado el juego de manera contundente, limitando casi por completo las chances de su oponente.

Los granas ahogan cualquier atisbo de temor.

En el minuto 47, Narro lanzó un centro que provocó un momento de tensión, ya que Aitor Fraga tuvo que intervenir con un manotazo decidido, evitando que el balón se colara, por poco, en su portería.

La Real tomó el control del juego de manera más efectiva en la segunda mitad, manejando la pelota con mayor destreza. Sin embargo, el Nàstic mantuvo una sólida organización en su retaguardia, resistiendo sin mayores complicaciones los embates del rival. El encuentro, sin duda, se transformaba en una batalla cuerpo a cuerpo, mientras el árbitro permitía que el juego fluyera sin interrupciones.

Dani Vidal se sentía frustrado con la escasez de toques al balón, así que se decidió por la entrada de Álex López, quien aportaría un mayor dominio en el centro del campo. Sin embargo, Jaume Jardí también hacía su aparición, aportando un toque de velocidad y emoción por las bandas. Marc y Pablo se despedían del fragor del campo, dejando atrás su rincón en el verdor.

Las transformaciones revitalizaron al Nàstic, infundiéndole una nueva vida y energía. Álex López establecía una conexión notable con Jaume y Narro, quienes intentaron sin suerte marcar en un par de ocasiones.

Brillante actuación de Fraga que mantuvo a su equipo en la lucha. En una jugada previamente ensayada, Álex López ejecutó un toque sutil hacia Gorostidi, quien, en un gesto brillante, levantó la pelota para dejar a Antoñín en posición ideal, el cual no dudó y disparó con precisión con su pie derecho. El portero se estiró con destreza, como un felino en la penumbra, para desviar el esférico hacia el córner con una intervención heroica.

Antoñín se alejaba sintiéndose completamente drenado de vitalidad. El Nou Estadi estalló en aplausos, rendido ante la brillantez de su doblete. Álex Jiménez hacía su ingreso.

El Nàstic ejerció una presión magistral en la salida del juego de la Real, logrando que el balón se desvíe y termine en un córner. Los vascos, en pausa.

Una de las estrellas candidatas al MVP estaba dejando el escenario. El público estalló en aplausos mientras Víctor Narro hacía un elegante gesto de despedida, cediendo su lugar a Mario Rodríguez, quien asumía el escenario con una energía renovada.

Varo realizó una atajada impresionante en un tiro libre, como si estuviera desafiando a la gravedad con su fuerza y precisión. El de la Canonja no necesitaba hacer acto de presencia con frecuencia, pero cada vez que lo hacía, su intervención resultaba crucial.

El encuentro llegaba a su fin, con un Nàstic que destacó en todos los aspectos y se adjudicó tres valiosos puntos bajo el brazo.

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