En el vibrante escenario del estadio Atanasio Girardot, en Medellín, Colombia, el club Lanús se aseguró un lugar en las semifinales de la Copa Sudamericana tras superar al DIM en una emocionante tanda de penales, luego de un empate electrizante de 1-1 en el tiempo reglamentario.
El encuentro de ida, envuelto en controversia, concluyó sin que se moviera el marcador, y en esta ocasión, el desenlace fue nuevamente un empate, con Daniel Londoño anotando en propia meta al minuto 39 del primer tiempo y Mender García dejando su huella al minuto 16 en la segunda parte. Así fue como la serie encontró su desenlace a través de los 12 pasos, donde el Granate se alzó con la victoria (6-5) y ahora aguarda a su próximo rival: Cruzeiro o Libertad. Los brasileños llevan la delantera en esta eliminatoria tras una contundente victoria de 2-0 como visitantes.
En un partido equilibrado y con escasas oportunidades frente a los arcos, el primer momento caliente llegó pronto: pasados los 30 minutos, Jimer Fory esquivó milagrosamente la tarjeta roja tras una desafortunada patada a Nery Domínguez, quien, al despejar el balón, se llevó una dura entrada que dejó huella.
En el minuto 39, Lanús logró adelantarse en el marcador gracias a un infortunado gol en propia puerta de Daniel Londoño. El defensa se vio sorprendido cuando la pelota le pasó de largo tras un centro de Eduardo Salvio que no logró conectar correctamente en el primer palo.
El DIM dio un fuerte golpe en el inicio de la segunda mitad y, a los 16 minutos, niveló el marcador con un impresionante zurdazo de Mender García, cuyas intenciones no encontraron la mejor respuesta de Nahuel Losada. El guardameta, poco después, se redimió con una intervención magistral y desvió el segundo tanto de Luis Sandoval.
El tiempo se detuvo y, con el marcador intacto, el destino los llevó a una emocionante tanda de penales. El inicio de la serie no fue el más prometedor para Lanús, ya que Carlos Izquierdoz falló su tiro, enviando el balón al palo y fuera. Sin embargo, Losada se convirtió en el héroe del momento, posicionándose en el centro y logrando detener con maestría el disparo de Pablo Lima, equilibrando así las cosas. La tensión alcanzó su clímax en el séptimo penal, donde Marcelino mostró su temple y no falló, mientras que Jherson Mosquera, en un momento de desespero, mandó el balón por encima del travesaño.