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Un pragmático Manchester City se impuso este martes por 2-1 al Watford en el estadio Etihad, asegurando su avance a los octavos de final de la Copa de la Liga inglesa.
El destino del encuentro se selló desde los primeros minutos. A los cinco minutos de iniciado el partido, el City capitalizó un error monumental de Watford en la salida y logró abrir el marcador. El escocés Ryan Porteous intentó retroceder el balón hacia el arquero, Jonathan Bond, pero el pase resultó insuficiente. James McAtee, en una jugada llena de perspicacia, se adelantó a presionar y consiguió interceptar el balón. Jack Grealish, en una rápida acción, le cedió el balón a Doku al avistarlo.
El ciudadano belga demostró igualmente su valía. En lugar de detener el balón de manera convencional, ejecutó un ingenioso movimiento al pasarlo por detrás de su pie, lo que desconcertó a los defensores. Con ese movimiento generó el espacio necesario para rematar y dejar al portero descolocado.
Es bien sabido que el equipo de Pep Guardiola es uno de los más difíciles de enfrentar cuando se adelanta en el marcador desde los primeros momentos del partido. Una vez más, quedó claramente demostrado. Debido a que los Citizens mantenían la tranquilidad proporcionada por su ventaja, continuaron presionando para alcanzar la portería contraria. Ese aspecto, sumado a sus talentos individuales, representa un gran peligro para el adversario.
El portugués Matheus Nunes fue quien confirmó esta teoría. A los 38 minutos, aprovechó una excelente asistencia de Rico Lewis y lanzó un preciso disparo de zurda, raso y pegado al primer palo, fuera del alcance del portero.
Tom Ince, el descendiente del célebre Paul, añadió un toque de emoción al desenlace del encuentro al marcar un gol extraordinario en el minuto 86, ejecutando un potente disparo con su zurda desde el borde del área, que describió una curva hacia el poste izquierdo.
Watford desplegó una intensa ofensiva en los últimos minutos en busca del empate, pero el tiempo no jugó a su favor.