En un emocionante duelo en el Estadio Pensativo, el Deportivo Saprissa se midió contra Antigua, pero el portero Luis Morán brilló con luz propia, convirtiéndose en el héroe del partido. Su destreza bajo los tres palos fue decisiva, ya que atajó un par de penales fundamentales que frustraron los sueños de victoria de los morados.
El VAR y los tiros desde el punto fatídico que se escapan.
El silbato del árbitro rompió el silencio del estadio al señalar dos penales a favor del Saprissa, decisiones que tomaron vida gracias a la intervención del VAR, esa herramienta que se ha convertido en el asistente esencial del fútbol moderno. El primer gol se hizo esperar hasta el minuto 23, cuando una falta sobre Javon East abrió la puerta para la acción. Ariel Rodríguez tomó la responsabilidad y se preparó para ejecutar el tiro libre. No obstante, Rodríguez se encontró con la resistencia de Luis Morán, quien con reflejos agudos bloqueó el tiro y mantuvo el empate en un firme 0-0.
En la segunda mitad, se presentó una nueva oportunidad de fortuna para los morados. Óscar Duarte se encontró frente al arco y, al minuto 75, se preparó para marcar la diferencia. Sin embargo, su intento fue bloqueado magistralmente por Morán, quien una vez más se erigió como un muro impenetrable. A pesar de contar con un hombre extra tras la expulsión de Dennis Ramírez, Saprissa no logró capitalizar las oportunidades que se le presentaron.
A pesar de las adversidades y la expulsión de Ramírez, el equipo guatemalteco de Antigua demostró una admirable tenacidad al enfrentarse al Saprissa, desafiando las circunstancias con valentía y determinación. En la primera mitad, los chapines brillaron con luz propia, mostrando una dominancia evidente en el terreno de juego. Su capacidad para generar oportunidades se vio complementada por un despliegue de velocidad vertiginosa en las bandas, convirtiendo cada ataque en una amenaza palpable. A pesar de que Saprissa buscaba abrir brechas y crear oportunidades, sus esfuerzos se encontraron con la firme resistencia del arquero Morán, quien se erigió como el mayor desafío en su camino hacia el gol.
La multitud entusiasta, compuesta por alrededor de cinco mil aficionados en el Estadio Pensativo, estuvo a punto de estallar en algarabía cada vez que Antigua rozaba el gol, manteniendo a todos al borde de la emoción con cada intento. El equipo guatemalteco desplegó una tenacidad admirable, sosteniéndose con valentía en el campo y encendiendo una ola de emociones entre los aficionados.
A pesar de sus esfuerzos, el equipo morado no consiguió inquietar seriamente la portería del adversario. Aprovechando su superioridad numérica tras la expulsión de Ramírez, Saprissa se encontró con una oportunidad dorada, pero se marchó decepcionado, sin poder descifrar el enigma del gol que les eludiría una y otra vez.
El arranque del segundo tiempo había encendido esperanzas entre los hinchas, pero la cruda verdad del encuentro reveló a un Saprissa que luchaba por hacerse camino ante un brillante Luis Morán y una defensa que se mantenía firme como una muralla. El encuentro culminó sin que el marcador se moviera, y los errores desde el punto penal se convirtieron en los momentos decisivos que marcaron el rumbo del partido.