San Lorenzo e Independiente Chivilcoy ya se enfrentaron en la 32ª final de la Copa Argentina en el Estadio Centenario de Quilmes. Los de Rubén Darío Insua aspiran a debutar con fuerza y coger confianza tras un mal comienzo de año.
Aunque marcó un bonito gol en el primer partido, pero rápidamente le anularon (Diego Herazo marcó bien, pero se adelantó), San Lorenzo jugó bien, en el primer tiempo muy mal. Faltos de ideas, velocidad y precisión, son un equipo lento, predecible e inofensivo. Apenas pateó el balón y en cambio le quitó el balón al delantero colombiano. A veces se anima a actuar a actores humildes, mediante una buena triangulación y algunos métodos sencillos pero verticales.
El partido continuó durante varios minutos del segundo tiempo, con San Lorenzo buscando oportunidades e Independiente aguantando con fuerza. No fue hasta el minuto 59 cuando, para alivio de toda la afición, Ciclón rompió el marcador: lo remató Tarragona, que disparó potentemente raso desde fuera del área.