Cuando Chivas fichó a Alexis Vega por un millón de dólares, lo hizo con la intención de firmar uno de los mayores compromisos de la Liga MX de México. Lo ideal sería que en Guadalajara el delantero nacional tuviera gran repercusión dentro del club y fuera clave para conseguir el título, sin embargo, nadie esperaba que este fichaje se convirtiera en un verdadero dolor de cabeza para el club, tanto dentro como fuera del club.
Vega no sólo es la hemorragia interna mejor pagada en la historia de Chivas, sino que el jugador tampoco tiene calidad para marcar la diferencia en los partidos grandes y ahora ya no lo hace en las inferiores. . Por si fuera poco, su estado físico ha estado en entredicho ya que ha sufrido daños irreversibles en su rodilla, y la indisciplina de Alexis para concretar el tiro es parte de un improvisado enfoque en su carrera deportiva.
Este fin de semana el jugador regresaba a los terrenos de juego tras meses de ausencia y todo le iba en contra. Los fanáticos de Chivas le exigieron que dejara el club y se mudara a la Ciudad de México, los fanáticos de Pumas lo atacaron por sus constantes fallas fuera de la cancha y, si eso no fuera suficiente, Vega finalmente se hundió al fallar penales cruciales en los que podría haber marcado. Diferencias negativas en el futuro. Todos en Guadalajara están cansados de tener mexicanos en el equipo y lo mejor que beneficiaría a ambas partes es terminar con la nota correcta este mercado de invierno.